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Montes del Señor.pdf

Published Sep 6, 2013 in Spiritual
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Ejercicios Espirituales impartidos por el Padre Prior del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad, Gran Canaria, España.

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Ejercicios Espirituales 2012 "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Monte de la salvacin Puesto que el conjunto de tu vida est salvada, aquel acontecimiento, pecado, situacin familiar, moral, espiritual, ponla en la presencia del Seor puesto que l te quiere sant@. Ningn monte es una etapa cerrada, ya que cada diluvio (preocupaciones, acontecimientos, pruebas, etc.) debemos aprovecharlo para acercarnos ms a Dios. Cuando somos bautizados somos introducidos en la vida de Cristo, la prueba: la Santa Misa: no slo nos sentamos a la mesa con Dios y comemos su comida, sino a Dios mismo. Encarna la idea de la salvacin en tu vida y sta dar un cambio vertiginoso. El don de la vida La certeza de la salvacin me ir llevando a un estilo de vida en Cristo, porque quien le descubre quiere vivir desde l. El don de la conciencia El don de Amar El don de sospechar que Alguien est con nosotros Estar unidos al Seor, debemos uniÞcar, no separar, vivir las bienaventuranzas del Seor como actitud de vida, ya que Jess vive en ti y por ti. Cada monte nos lleva a una totalidad, no podemos vivir la salvacin como si no hubiese pasado nada, debemos ir hacia una forma de vida porque somos hijos de Dios salvados. Hay algo divino en el hombre, y si hay algo divino en todo hombre, nunca debemos condenar a nadie porque ese alguien, sea quien sea y haya hecho lo que haya hecho, es querido por Dios y Cristo dio su vida por l y por ti. La fe es dejarse amar por el Seor, es tener la certeza y la conviccin de que valemos la vida de Su querido Hijo. Dios me ama y ese amor es salvacin. Dios te ama y te salva a pesar tuyo (que nos quedamos en si cumplimos o no, si era o no era, dando vueltas siempre a nosotros mismos). pero...Àpor qu salvar al hombre?, Àpor qu ese empeo? Porque Dios nos cre a su imagen y semejanza y nos dio su Espritu y con l: Que t, por Jesucristo, ests salvad@. Convertirnos nosotros mismos en monte de salvacin para los dems; ya que he descubierto que estoy salvado mi vida debe ser salvadora nunca una vida que condena, separa o escandaliza. Diluvio: borra el pecado, no la creacin Arca: smbolo de Jesucristo y de su Iglesia Dios cuando te mira no slo est viendo al pecador sino tambin al santo (imagen oruga-mariposa). As cuando Dios ve la oruga, que se arrastra, ya ve la mariposa porque quiere salvarte. Estamos salvados por pura Gracia, vivimos en etapa de salvacin ya que Cristo ha muerto y ha resucitado por nosotros. Animales: Amor de Dios hacia todo lo creado Ararat: Monte de salvacin = Cristo Imgenes SigniÞcado de este Monte Misin 1) No y el Monte Ararat, monte de salvacin (Gen, 8) 1. Acordse Dios de No y de todos los animales y de los ganados que con l estaban en el arca. Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y las aguas decrecieron. 2. Se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y ces la lluvia del cielo. 3. Poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la tierra. Al cabo de 150 das, las aguas haban menguado, 4. y en el mes sptimo, el da diecisiete del mes, var el arca sobre los montes de Ararat. Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Monte del sacriÞcio y de la entrega Diferencias: En Isaac, Dios detuvo la mano de Abraham contra su hijo; en Jesucristo, guard silencio, respondiendo en la Resurreccin. Entregarnos al que se entreg por nosotros, no temer, conÞar y esperar por encima de cualquier tentacin, con una fe conÞada y convencida en la Providencia de Dios por el que existe un plan de salvacin para ti detrs de lo que acontece y t te entregas y confas en esa Voluntad. Ocpate del Seor y de sus cosas y l se ocupar de tus cosas y de tus necesidades. Este monte es el monte de la entrega, de la totalidad; subir al Monte Moria es slo subir, ya ser el Seor el que te baje. No somos felices porque no nos entregamos en las manos del Seor: todo, los hijos, la salud, el futuro econmico, el trabajo, antes de ser tuyos son de Dios. ÀQu mueve a Abraham a decir, s al Seor, Àel miedo, el temor, el castigo? No, un amor a Dios ms all de la lgica, un amor que "saba" que no le iba a hacer dao. Isaac, como Jess no se rebela contra su padre, sino que pregunta: ÀDnde est el cordero?, respondiendo Abraham desde la Fe: "Dios proveer". La prueba de Abraham es ms cotidiana de lo que creemos. Pruebas de amor absurdas en la vida: que una familia cristiana perdone al asesino de un hijo; que uno salude a su enemigo, que uno elija perder para ganar. Debemos ir a lo que nos hace grande, a lo que nos hace hijos de Dios, no tener miedo a entregarnos ya que cuando uno ama profundamente, la renuncia a algo o a alguien, que antes nos pareca imposible, ahora no cuesta e incluso ms a gusto lo hace uno. Misin: Ver qu tengo que entregar; qu apego, pecado, situacin y decir libre y conÞado ÁAqu estoy". ...carg la lea a su hijo: otra vez smbolo de Jesucristo cargando con la cruz. Dios le haba prometido un hijo, la descendencia, entonces, Àcmo es que Dios le pide esta prueba, en la que ms que en la dimensin afectiva del amor de un padre por su hijo, Abraham debe decidir "no entender a Dios", aunque su razn le dijera que cmo era posible sacriÞcar al hijo que Dios mismo le haba prometido? Pero...Àqu signiÞca, que debo ser misionero o monje?, no (si el Seor no te lo pide) sino que lo primero en tu vida es el Seor, desde donde organizo todo, incluso el trabajo y la familia. Hacer lo que se tiene que hacer desde Cristo, viviendo una presencia que te desborda y te sobrepasa. En nuestra entrega, como el cruciÞcado, no debemos medirnos ni poner condiciones. Por eso, de cuando en cuando Dios nos pide un absurdo: renunciar a un plan, a un proyecto querido, a unas personas que para nosotros eran elevadas y que vemos que se desmoronan; la promesa no est en nuestros propsitos sino en lo que Dios nos da; no esperar nada y esperarlo todo de Dios. A veces s sabemos qu quiere Dios de nosotros, pero nos resistimos a decir: "Aqu estoy Seor para hacer Tu Voluntad" y as sentir lo que Jess siente y vivir de sus sentimientos y su conviccin; por encima de todo: vivir a Cristo y lo tuyo ponlo en manos del Seor. El hijo que se nos pide no es normalmente el apego a las cosas (que tambin) sino el ego, el yo mismo, el yo, me, m, conmigo; ya que hay una parte de nosotros que se resiste, una y otra vez, a escuchar al Seor y a morir al s mismo. La razn por la que no avanzamos en la vida espiritual es porque en la oracin vamos nosotros mismos, estamos nosotros mismos y salimos nosotros mismos, muy relajados pero convirtiendo la oracin en un monlogo, en lugar de hablar y escuchar a Cristo viviendo una oracin que nos saque de nosotros mismos: ÁÁSal de ti!! ...es Jesucristo, el hijo de la Promesa, el Gran Hijo Predilecto que se ofrece como expiacin por los pecados del hombre y por nosotros, por ti y por m. Dios quiso poner a prueba a Abraham. ÀQu Dios es ste que nos salva, nos ama y sin embargo tambin nos pone "a prueba", con un acto de fe? Un amor sin condiciones de Dios hacia los hombres que debe suscitar en el hombre un amor sin condiciones hacia Dios y por eso le lleva al extremo del absurdo. En deÞnitiva, un amor desinteresado y puro que acude a Dios por s mismo y no por lo que pueda darnos o quitarnos. La Fe es entrega, en lo profundo de la persona; no creo porque me sepa el Credo, pertenezca a Critas o estudie teologa; mi fe va en proporcin directa a mi capacidad de entrega, entregando mi vida en las manos de Dios. Dios buscaba en Abraham la "Fe Pura", la que se fa ms all de la razn; Dios le peda lo absurdo y l abri esa puerta con un "Aqu estoy", respuesta del verdadero creyente, que no pone condiciones. El verdadero Isaac La prueba La entrega Sentido desde Jess 2) Abraham y el monte de la regin de Moria, monte del sacriÞcio y de la entrega (Gen, 22) 1. Despus de estas cosas sucedi que Dios tent a Abraham y le dijo: ÇÁAbraham, Abraham!È El respondi: ÇAqu estoy.È 2. Djole: ÇToma a tu hijo, a tu nico, al que amas, a Isaac, vete al pas de Moria y ofrcele all en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga.È Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Montes de la llamada, de la Alianza y de la intercesin (Parte 1) 12. Dijo Yahveh a Moiss: ÇSube hasta m, al monte; qudate all, y te dar las tablas de piedra - la ley y los mandamientos - que tengo escritos para su instruccin.È Dios quiere vivir en nosotros, en cada vida, por eso Jesucristo nos dir que el Reino de Dios est dentro de nosotros o la parbola de la vid y los sarmientos: enraizados en Cristo para tener vida. San Benito nos pregunta: Àquin quiere vivir la vida de Dios? Busca la Paz y corre tras ella. Todos estamos llamados a compartir la vida divina; vivir en Dios y para Dios, vivir a Dios. 3. Dijo, pues, Moiss: ÇVoy a acercarme para ver este extrao caso: por qu no se consume la zarza.È 4. Cuando vio Yahveh que Moiss se acercaba para mirar, le llam de en medio de la zarza, diciendo: ÇÁMoiss, Moiss!È El respondi: ÇAqu estoy.È 5. Le dijo: ÇNo te acerques aqu; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que ests es tierra sagrada". l acta y "salta" esa ley cuando el hombre, lleno de fe, se lo pide, dando cauce a los milagros, porque siempre, siempre, va a respetar nuestra libertad. El va a nosotros y sale a nuestro encuentro, una y otra vez, vayamos a donde vayamos y hagamos lo que hagamos, ah est el Seor esperndonos (Sal 138). Si t quieres permitirs a Dios que sea Dios en tu vida, si no, l esperar suplicante (como un enamorado) llamando a tu puerta. Por eso muchas veces la gente no entiende por qu Dios no acta en esta u otra situacin o desgracia; porque se saltara la ley de la creacin y la libertad que nos ha regalado. En el momento de nacer a la vida: "ven a la vida". Yo ser tu Dios, t sers mi pueblo; Yo = tuyo; t = mo; en un sentido profundo, no de posesin o pertenencia, sino de vida, como en el matrimonio "soy tuyo" no en propiedad, sino en el amor: mi vida es tu vida. La vocacin no es slo para los sacerdotes o consagrados, sino para todos los que pueden llamar a Dios Padre y al otro, herman@. Tenemos que redescubrir nuestra vocacin en nuestra vida sin temor. 8. Entonces tom Moiss la sangre, roci con ella al pueblo y dijo: ÇEsta es la sangre de la Alianza que Yahveh ha hecho con vosotros, segn todas estas palabras.È 1. Moiss era pastor del rebao de Jetr su suegro, sacerdote de Madin. Una vez llev las ovejas ms all del desierto; y lleg hasta Horeb, la montaa de Dios. 2. El ngel de Yahveh se le apareci en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consuma. En el momento de nuestro bautismo: "existe como hijo mo en mi pueblo". En el momento de tomar nuestro estado de vida: sacerdotal, consagrado o laical comprometido: "existe en mi Iglesia para m". 1. Dijo a Moiss: ÇSube donde Yahveh, t, Aarn, Nadab y Abih, con setenta de los ancianos de Israel; os postraris desde lejos. 3. Vino, pues, Moiss y reÞri al pueblo todas las palabras de Yahveh y todas sus normas. Y todo el pueblo respondi a una voz: ÇCumpliremos todas las palabras que ha dicho Yahveh.È En este pasaje, presenciamos la vocacin de Moiss y otra respuesta de Fe ante la llamada de Dios: "Aqu estoy". (Ex, 3, 4) Dios nos llama a lo largo de nuestras vidas al menos en tres ocasiones: a la vida, a la fe y a la relacin vital con nuestro Padre, pronunciando nuestros nombres... Dios y el Pueblo van a ser uno, como una realidad esponsal, por eso a partir de ah se hablar del pueblo como esposa, a veces Þel, a veces inÞel. La zarza ardiente es todo aquel lugar donde Dios est amando, un fuego que no quema ni destruye, ya que el amor ilumina, da vida, no deshace, no rompe, sino que nos invita y espera de nosotros una respuesta libre. En mi relacin con Dios: Àqu experiencia de llamada tengo?, ya que todos los bautizados tenemos una vocacin universal a la santidad; no slo de adhesin a un credo, sino de vocacin al Seor que nos llama como llam por su nombre a los discpulos. El Horeb y la zarza ardiente (Ex, 3) El Sina, Monte de la Alianza (Ex, 24) 3) Moiss y los montes Horeb y Sina, montes de la llamada, y la Alianza (Parte 1) Slo si nos metemos por la fe y el amor en Dios sabremos quin es Dios; hay que entrar en el Misterio. Detrs de este texto est el Seor llamndonos a la intimidad y despus a la Misin: la zarza slo quema el pecado y el desamor, el resto permanece ileso. Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Montes de la llamada, de la Alianza y de la intercesin (Parte 2) La oracin no slo es el acto de orar, sino el acto de vivir en Dios porque todo nos habla de Dios, toda la creacin nos habla de Dios, todo est santiÞcado en la presencia santiÞcante de Cristo Resucitado porque: ÁÁÁDios est vivo, vivo, vivo!!! "Llamados a ser Alianza con la Misin de interceder" podra ser el plan de vida de un/a oblat@, pues no slo los monjes y monjas son los llamados a orar, sino todos; todo el Pueblo de Dios tiene que ser como Moiss en el monte de la intercesin, orando por las necesidades del mundo incesantemente. Nuestra vida de fe es nuestra vida de Oracin; dime cmo oras y te dir cmo es tu fe. Vive orando y ora viviendo: vive en la presencia constante del Seor (Ora et Labora) no slo en el templo sino en el trabajo, en tu hogar, en la vida familiar y matrimonial, incluso al hacer la compra o lavar los platos. Quien conoce a Dios tiene que cambiar la historia...Àcmo? desde la oracin, cambiando nosotros y pidiendo incesantemente, ya que el amor vence al odio. Dios sin nuestro permiso no puede actuar, nosotros al orar, damos el permiso para que l lo haga; al orar reconoces a Dios y le das espacio para que l acte: "pierde el tiempo rezando". 10. Josu cumpli las rdenes de Moiss, y sali a combatir contra Amalec. Mientras tanto, Moiss, Aarn y Jur subieron a la cima del monte. 11. Y sucedi que, mientras Moiss tena alzadas las manos, prevaleca Israel; pero cuando las bajaba, prevaleca Amalec. 8. Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en ReÞdim. 9. Moiss dijo a Josu: ÇElgete algunos hombres, y sal maana a combatir contra Amalec. Yo me pondr en la cima del monte, con el cayado de Dios en mi mano.È El Dios que te llama desde la zarza y hace Alianza contigo, quiere que t con la oracin y tu vida consigas la victoria del pueblo. La salvacin no es slo para ti, hay que orar con los brazos en alto, sin desfallecer, por el mundo, por la Iglesia, por el Pueblo de Dios. La oracin es la que cambia el mundo y la historia. Estamos en la era de la oracin, en un momento crucial de la historia en la que hay que orar. El Monte de la Intercesin (Ex, 17, 8 -ss) 3) Moiss y los montes Horeb y Sina, montes de la llamada, y la Alianza (Parte 2) Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Monte de la Liturgia Dios visita nuestra vida Se despliega el Cielo en la Tierra y es el hombre el que visita, por eso la denominan: Divina Liturgia. Pan: smbolo de la unidad de la comunidad y el trabajo del hombre. Tradicin Occidental La Liturgia es un momento de salvacin porque es un momento de Dios. Cada Eucarista es sagrada, sea como sea, as la ms simple o perseguida, no crean que tiene menos valor que una ante el Santo Padre en el Vaticano, porque ambas son iguales, porque en ambas Cristo se hace presente de forma real. Tradicin Oriental Vino: smbolo de la Alegra, sacriÞcio del pueblo. Agua: unas gotas como smbolo de la Iglesia y de cada uno de nosotros. El agua se diluye en el vino y se hace vino, y ste en la consagracin se convierte junto con el Pan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Iglesia nace y culmina en la Liturgia, es ah donde tomamos la fuerza para vivir y a la Liturgia donde llevamos nuestra vida, como un pndulo: ir y venir. Cristo sigue salvando porque su obra de salvacin no descansa. Por eso las ofrendas en la Misa son tres: Pan y Vino pero tambin Agua Por eso la Liturgia tiene una dimensin escatolgica, es metahistrica al estar ms all de la historia. La Liturgia nos mete en la vida del cielo hasta el punto de que al celebrar no sabemos si estamos all o aqu. Por eso para la Liturgia no debera existir el tiempo ni los relojes. Prolonga sus misterios en la Liturgia: Cristo quiso que su Iglesia reviviera continuamente su Amor en los Sacramentos. En cada Eucarista se actualiza Su Muerte y Resurreccin: sera como (imagen para jvenes) "una mquina del tiempo", donde a travs del velo de los sacramentos asistimos en persona a la Institucin de la Eucarista, a la Pasin, subimos al Calvario y gozamos la Resurreccin. Aquel momento (su muerte y resurreccin) VIENE a nosotros en cada Eucarista, acontece AQUê y AHORA en el Altar: Monte Sin, Calvario, Sina y Resurreccin. En cada Eucarista Jess acta como sacerdote y se ofrece continuamente al Padre por nosotros y por nuestra salvacin. Cuando en la Eucarista un cristiano convencido, en estado de gracia, se une sacramentalmente al sacriÞcio de Cristo, movido por el Espritu Santo en pertenencia al Padre, para gloriÞcar y dar culto al Padre y t con Cristo... Jess contina su obra de salvacin en la Liturgia, es decir, Cristo, una vez que resucit, ascendi y se sent a la derecha del Padre, "no se qued ah", sino que contina su accin sacerdotal intercediendo ante el Padre por nosotros. ...poniendo ah tu realidad, consagrndote con Cristo, t eres parte de ese pan que es su cuerpo. Sera como si unas "molculas de nuestro cuerpo" estuvieran en ese pan; pero no se confundan, es Cristo el que nos recibe a nosotros, l nos asume. Jess es sacerdote y nos sigue salvando; por eso en nuestra vida cristiana los sacramentos son parte esencial del cristiano, porque ah, en ellos, acta Cristo, a travs de un hermano que sale de la comunidad y se ordena sacerdote actuando en nombre de Cristo. La Liturgia es "una cua de eternidad" metida en la historia del hombre, un pedazo de cielo en el tiempo del hombre. Accin sacerdotal de Jesucristo La Liturgia no son las ceremonias, sino lo que se escode detrs de cada gesto o smbolo, lo invisible, que es ni ms ni menos que Jesucristo actuando y salvando. Esto tambin es Liturgia, porque ah, en tu humilde oracin, est Cristo orando contigo; participamos de este Misterio de la salvacin haciendo que todo se llene de Dios, por eso la insistencia de orar incesantemente (no slo a los consagrados). Si miramos bien, todo es Liturgia porque la vida es Liturgia; abre los ojos de la fe, del alma, del corazn, cae en la cuenta de la grandeza de la Liturgia y pregntate: Àvivo la Liturgia? ÀVivo para la Liturgia? ÀS combinar Liturgia y vida? Jess est ante el Padre pidiendo, nosotros nos unimos, haciendo una la oracin de Jess y la nuestra, por eso el orante se convierte en cauce de salvacin, al estar unido a Cristo, ßuyendo con Cristo. Vrtice del Cielo: porque ah est el templo del Seor, lugar escogido por el Seor para habitar en su templo. El Pueblo de Israel vea el templo como el lugar de la presencia y por eso peregrinaba al templo, para encontrarse con l. Para nosotros es el Monte de la Liturgia, donde los antiguos ritos dan paso a la liturgia de la vida, por lo que debemos redescubrir y valorar el don de la liturgia en la Iglesia y en nuestra vida. Cada vez que oramos (una oracin particular, la lectura del OÞcio (Laudes, Vsperas, etc.) un salmo o el Evangelio del da) nos unimos a la Iglesia y participamos con la Iglesia orante. Accin sacerdotal de Jesucristo, continuada en y por la Iglesia, bajo la accin del Espritu Santo, por medio de unos signos o smbolos sensibles y eÞcaces que gloriÞcan a Dios y dan la salvacin a los hombres. La Liturgia est viva, como un corazn escondido (que es el de Cristo y el de su Iglesia) que est latiendo: "Por Cristo con l y en l". Participamos de su Accin sacerdotal y de su intercesin ante el Padre. Lleven la vida al altar, si es posible da a da, si no en la misa dominical, porque cada Eucarista sostiene el mundo. Objetivo Salmo 47. Grande es el Seor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegra de toda la tierra: el monte Sin, vrtice del cielo, ciudad del gran rey; Recuperar la dimensin sacral de la Liturgia: entender, comprender, valorar y amar cada smbolo, sin caer en el ritualismo, porque en cada gesto se esconde Cristo salvando. DeÞnicin Vrtice del Cielo Liturgia Misin Monte Sion - Monte de la Liturgia (Salmo 47) Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Montes de la eleccin, de la intimidad y la cercana (Parte 1) "T eres ms de lo que ests siendo en este momento" Pero s necesitamos ELEGIR cada da al Seor. En la experiencia matrimonial sera cuando una vez pasado el tiempo la pareja descubre que el amor sigue vivo y eligen nuevamente, da a da, seguir amando. Tenemos que hacer el ejercicio de ponernos delante del Dios verdadero sin necesidad de or el trueno del Sina y sin la necesidad de esperar o buscar "pruebas fsicas" de que Dios es Dios, tentando a nuestro Seor. Los creyentes somos capaces de decir dios pero a veces no desde el Dios que es, sino desde el dios que nos hemos creado, un dios a mi medida que no es el Dios de Jesucristo; "ÇNo todo el que me diga: "Seor, Seor, entrar en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mt, 7; 21) Nuestra eleccin tiene que ser una eleccin desde el amor puro, no porque hayamos visto, sino porque hemos visto lo que somos para Dios: ms que seres humanos, y ms que un cmulo de casualidades. 37. Respndeme, Yahveh, respndeme, y que todo este pueblo sepa que t, Yahveh, eres Dios que conviertes sus corazones. 38. Cay el fuego de Yahveh que devor el holocausto y la lea, y lami el agua de las zanjas.39. Todo el pueblo lo vi y cayeron sobre su rostro y dijeron: ÇÁYahveh es Dios, Yahveh es Dios!È Ir poco a poco sirviendo al Seor. No busques a Dios por miedo, para sentirte bien, para justiÞcarte, ni tan siquiera para que te bendiga, sino por amor, por Dios mismo. En una fe que ha cambiado, con nuestra madurez y crecimiento, uno va viendo que Dios es mejor y ms profundo de lo que t creas...pero hay que elegirLE. Este monte apunta al monte de las tentaciones, que termina con una aÞrmacin categrica para todo hombre: "No tentars al Seor tu Dios". 24. Invocaris el nombre de vuestro dios; yo invocar el nombre de Yahveh. Y el dios que responda por el fuego, se es Dios.È Todo el pueblo respondi: ÇÁEst bien!È Debemos servir al Seor en Verdad, evitando el autoengao, de no servir al Seor por s mismo, sino por cmo me hace sentir, por lo que me da o porque hace que los dems vean lo bueno que soy; si es as, ese amor no es puro y debe ser puriÞcado. Lo repito, cuidado con el autoengao, creyndote bueno o justo porque lo nico que nos justiÞca es abrirnos a su Misericordia, eligiendo a Dios de verdad. ...y si te ests dando cuenta, vamos a elegir ahora servir al Seor de una manera ms plena y verdadera, de forma que en su segunda venida, l nos encuentre alerta y preparados. 22. Dijo Elas al pueblo: ÇHe quedado yo solo como profeta de Yahveh, mientras que los profetas de Baal son 450.23. Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para ellos, que los despedacen y lo pongan sobre la lea, pero que no pongan fuego. Yo preparar el otro novillo y lo pondr sobre la lea, pero no pondr fuego. Subir a los montes (de la salvacin, de la entrega, de la llamada y la Alianza, o de la Liturgia) nos hace caer en la cuenta de la grandeza de Dios y sus acciones... Si estoy con el Seor y he elegido seguir y servir al Seor, deshecho todo lo que NO es el Seor. À A qu Dios servir? El texto anterior es una provocacin. Israel no elige servir al Seor porque le haya descubierto, sino que le ha hecho un pulso, tentando al Seor y haciendo que tenga que demostrar que l es Dios. Elegir a Dios por Dios, no por nada de lo que nos ofrece, sera la sntesis de la espiritualidad benedictina; no busques ni siquiera los consuelos que l te d, sino a l mismo y tenindole a l, ya l sabr lo que tienes que hacer o vivir. Cada da ratiÞcamos nuestra vocacin, elegimos en Cristo servir a Jesucristo. Estrenen la fe cada da porque si no, sta se seca, se pierde. 20. Ajab envi a todos los israelitas y reuni a los profetas en el monte Carmelo.21. Elas se acerc a todo el pueblo y dijo: ÇÀHasta cundo vais a estar cojeando con los dos pies? Si Yahveh es Dios, seguidle; si Baal, seguid a ste.È Pero el pueblo no le respondi nada. La Eleccin Consecuencias de la Eleccin 5) El Profeta Elas y el Monte Carmelo, monte de la Eleccin (1Re, 18; 20 y ss) (Parte 2) Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Montes de la eleccin, de la intimidad y la cercana (Parte 2) Tenemos que vivir dando frutos espirituales, dando frutos de santidad. Si hay algo a lo que hay que temer, no es a saber mi pecado, sino a no verlos. La compuncin bien entendida es conocer que por nosotros solos no podemos hacer nada. El Seor cuando perdona, perdona y olvida, nosotros sin embargo seguimos ah dando vueltas a nuestro pecado y a la culpa. No podemos no amar Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre; cambiarn las formas, pero no el contenido. Si nos damos cuenta, sabemos cundo estamos actuando desde Dios, porque nos inunda la paz y la alegra, sino la hay, ya podemos haber estado 28 horas de rodillas que no tendramos esos frutos. Seor, hazme santo, pero que yo no lo vea, hazme bueno y que perciba la paz pero que no me d cuenta, para no ser tentado por el orgullo y la vanagloria (evocndonos el pasaje del publicano y el fariseo). No podemos no servir No podemos no ser santos ...nos habla de los dones del Espritu Santo y de sus frutos: Amor, alegra, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia y dominio de s. Una lista de virtudes que los cristianos debemos practicar no por ley sino por amor, porque no podamos hacer otra cosa. Todos los cristianos debemos preguntarnos por la pureza de nuestra fe: Àpor qu crees? Àcul es tu Dios? y ms ahora que estamos en la era de la confusin y del relativismo, donde todo el mundo parece que sabe de todo y habla de lo que a m me parece que es, ms de lo que es. Subir al Lbano signiÞca presentarle al Seor nuestra alma como un jardn de ßores, pero no para contemplarlas nosotros, sino que surgen sin que nos demos cuenta, porque ese jardn, tiene un contrapunto, un "gusanito" que es el orgullo y la vanidad, que es justo lo que hay que dejar de lado. Cuando elegimos verdaderamente al Seor, ste se derrama, como una lluvia, en Gracia. El Lbano habla de fecundidad, de bosque amplio, grande, de buenos frutos, de buena tierra; donde crecen los rboles de las virtudes; "por sus frutos los conoceris". Que slo te ate el amor de Dios nos dice san Benito; debemos ir conformndonos a la forma de Cristo y hacernos como Cristo. Cordillera del Lbano: Monte de la intimidad y de la cercana, smbolo del amor cercano de Dios y para Dios y de los frutos espirituales. Efectos de la Eleccin (1 Re, 18; 41 y ss). 5) El Profeta Elas y el Monte Carmelo, monte de la Eleccin (1Re, 18; 20 y ss) (Parte 2) 41. Dijo Elas a Ajab: ÇSube, come y bebe, porque ya se oye el rumor de la lluvia.È42. Subi Ajab a comer y beber, mientras que Elas suba a la cima del Carmelo, y se encorv hacia la tierra poniendo su rostro entre las rodillas. Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

...no nos dejes caer en la tentacin y lbranos del mal. Amn. "Quien no es tentado, no es puesto a prueba; quien no es puesto a prueba, no progresa". San Agustn Monte de las tentaciones Es una pregunta bendita porque incluso si llegara a pecar, sera como a medias, como sabiendo que una parte de m no quiere. Dichoso el hombre y la mujer tentados, porque signiÞca que el Seor te est levantando y justo lo que nos hace crecer es lo que nos cuesta. La confesin es una terapia porque al nombrar nuestro pecado, siendo responsables, eso que puede haber en ti se desaparece, se expone a la luz y ah, en la luz, tu pecado pierde "su poder" sobre ti. La tentacin lo que nos sugiere es que decidamos (como en el monte Carmelo) entre lo que es Dios y lo que no lo es. La tentacin te da la oportunidad de elegir y poder hacer el bien, es una prueba en positivo, para salir airosos. Àcmo? Ante cualquier tentacin: no puedo o no quiero perdonar a mi hermano... Àes que no me amas?; quiero hacer esto aunque s que me hace dao... Àes que no me amas?; no tengo ganas de hacer nada y menos de rezar...Àes que no me amas? ÀEs que no me amas? 1) No dialogando con el tentador Porque el mal siempre va detrs de Dios, necesita "ver" que Dios est haciendo algo para intentar evitarlo. Dios lo permite porque el verdadero objetivo de la tentacin no es que caigamos, sino que nos hagamos ms fuertes de forma que nuestra decisin sea ms limpia y ms pura. Cuando elegimos a Dios todo se vuelca para ayudarnos y se nos da nueva fuerza. 2) Siendo totalmente sinceros con Dios y con nosotros mismos, diciendo si es necesario: Seor no puedo, yo s que esto (el mal) est en m, aydame y purifcame, delante del sagrario o de rodillas ante un cruciÞjo. 3) Reconociendo siempre el poder y la majestad de Dios. A continuacin una pregunta que de formulrnosla en medio de las tentaciones, con sinceridad y valenta, puede cambiar tu vida; deriva de la pregunta que Cristo Resucitado le hace a Pedro por tres veces: "ÀMe amas? La tentacin viene normalmente cuando uno empieza a sentir la accin de Dios en su vida, cuando uno se levanta y no antes. ÀPor qu? La tentacin es una oportunidad para elegir. Jesucristo venci y sali fortalecido, siendo atendido de inmediato por sus ngeles. Al tentador se le vence, mirando a Jess y actuando como l actu. 10. Dcele entonces Jess: ÇAprtate, Satans, porque est escrito: Al Seor tu Dios adorars, y slo a l dars culto.È 11. Entonces el diablo le deja. Y he aqu que se acercaron unos ngeles y le servan. Objetivo de la tentacin 8. Todava le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, 9. y le dice: ÇTodo esto te dar si postrndote me adoras.È Formas de vencer la tentacin ÀEs que no me amas? Superar la tentacin 6) Jess y el Monte de las Tentaciones en el desierto despus del Bautismo y su Teofana (Mt, 4 y sus paralelos en Mc y Lc) 6. y le dice: ÇSi eres Hijo de Dios, trate abajo, porque est escrito: A sus ngeles te encomendar, y en sus manos te llevarn, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.È 7. Jess le dijo: ÇTambin est escrito: No tentars al Seor tu Dios.È 3. Y acercndose el tentador, le dijo: ÇSi eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.È Si los montes anteriores iluminaban nuestra vida y apuntaban a Cristo, ahora nos vamos a poner delante de un sol que nos va a transformar; ahora subimos el monte no pensando en l, sino con l, montes que el Seor ha subido y sube para decirnos algo. En ellos se descubre un poco el velo que envuelve la historia de la salvacin y aparece Jesucristo con toda su luz. 4. Mas l respondi: ÇEst escrito: No slo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.È Isaas 60: 1. ÁLevntate y resplandece, porque llega tu luz; la gloria del Seor amanece sobre ti. 2. Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecer el Seor y su gloria se ver sobre ti. 3. Caminarn los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora. Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Pero tambin...Dichos@s los que crean sin haber visto (y esos somos nosotros). Bienaventurados los que guardan su palabra y la ponen por obra, se no slo es discpulo, sino hermano y hace de padre y de madre, con sus hermanos. Monte de las Bienaventuranzas En Cristo ya no decimos "no mentirs" sino bienaventurado si dices la verdad; no, "no matars" sino bienaventurado los pacÞcos. Dichos@ si vives el Evangelio pero no desde el no, no, no, sino desde el s, s, s. Verdad, sinceridad, transparencia; elegir a Dios por amor, sin miedo a que nos quite nada. Llor por Jerusaln; nosotros por las personas que amamos y no saben acercarse a Dios, por el mundo que no conoce a Cristo; al ir a ser entregado en Getseman por la entrega de amor que no iba a ser valorada. Dichos@ t si eres humilde y no tienes un corazn de piedra que te hace llorar. ...que no tuviste miedo de anclarte en Ararat. ...que no tuviste miedo de subir al monte del sacriÞcio, conÞando en la promesa de Dios. ...que te descalzaste en el Horeb, aceptaste la misin para hacer Alianza y decir s al Seor, intercediendo por el mundo y por tu pueblo. ...que te atreviste a convertirte en templo del Dios vivo en el Monte Sin y hacer de tu vida un sacriÞcio de alabanza. ...que subiste al Carmelo para reconocer que slo Dios merece la pena y en el Lbano cantar las grandezas de quien te llama a dar frutos de intimidad y santidad. ...que escogiste la mejor parte que es Cristo y que la tentacin no te separ, porque ahora vas a estar cerca, muy cerca del que es la Palabra y la Vida, tan cerca que le vas a escuchar proclamar su ley de vida para la humanidad. Jesucristo, como nuevo Moiss, sube a este monte y presenta su ley, las bienaventuranzas, la ley del cristiano. Ver Compendio del Catecismo (pg. 229) De la justicia de Dios, no la de los hombres. Justicia de amor. Los mansos, porque l es manso de corazn. No es una cuestin de carcter, sino de vivir como Jess es. Es un don espiritual y no tanto ser bonachn. Dichos@ t No signiÞca que tengas que estar llorando por las esquinas en todo momento. Fjate cuando Jess llora: probablemente en su infancia, por ser sencillo y humilde; por su amigo Lzaro porque lo amaba. ÁÁHay que llorar por amor!! De cualquier cosa podremos arrepentirnos, salvo si nuestra decisin brot de la misericordia. Con ella, como en no juzgar y no seris juzgados, no hay juicio. Estamos en la era de la Misericordia en mbito de fe, es lo que el Seor est manifestando constantemente en su Palabra hacia nosotros. Ser cristiano y vivir en cristiano puede ser a veces una incgnita y una verdad incmoda para el mundo que como a l (que fue perseguido) no lo recibi...pero ensanchemos el alma cuando nos calumnien o injurien por Su causa. Pidan y pidamos por la Paz como el lema de los hijos e hijas de San Benito: PAX No slo en la moral sino en la vida, tener una mirada limpia, no slo con el 6 y 9 Mandamiento sino con todo; en cmo analizo las cosas, una situacin y respeto a las personas. Tener resentimiento o envidia signiÞca que no ests limpi@. Los humildes, no tener un espritu pobre, sino vivir desde la pobreza, es decir, tener el espritu colocado frente a Dios con humildad. Para San Benito, la humildad es la virtud bsica. Bienaventurados los pobres de espritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 7) Jess de Nazaret y el Monte de las Bienaventuranzas (Mt, 5 y su paralelo en Lc) ÀQuieres conocer a Cristo, enamorarte de l; conocer (en un lenguaje para jvenes) su perÞl? Lo tenemos en este monte. Si subes de verdad a l, vas a conocerle y reconocerle, porque Jess nos habla en este monte de lo que l vive y experimenta. El P. Santiago siempre deca: "Jesucristo saba lo que deca y deca lo que saba". Bienaventurados los mansos, porque ellos posseern en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos sern consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos sern saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarn misericordia. Bienaventurados los limpios de corazn, porque ellos vern a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos sern llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seris cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Monte de la TransÞguracin (parte 1) Si la luz de la fe traspasa el velo, nosotros de alguna manera s sabemos de Cristo, l nos va dejando seales, no extraordinarias; no pidas pruebas extraordinarias, cree sin ver. Sean hombres y mujeres de lo ordinario, de lo comn y lo cotidiano. "Seor ocltame todo, ocltame hasta de m mismo, para que no me acostumbre, para que siempre te busque". Postrarse es una forma de oracin que dice y reconoce: eres mi Dios y mi Todo. Debemos acercarnos a Jess transformando nuestra necesidad de saber y sentir por la experiencia viva de estar con Jess, de estar pegados a l, empezando a vivir su Misterio. Nosotros desde la fe le vemos y sabemos que est ah. En la certeza de la fe el velo del misterio queda roto; de nosotros hacia l, por los rayos de nuestra fe y de l hacia nosotros por su palabra de promesa. Jess estaba, antes de padecer, siendo reconocido como Mesas por el Espritu, por los Profetas y por la Ley y Pedro pensando en hacer tres chozas. Quien ve a Cristo TransÞgurado tiene que irradiar a Cristo: "luz de Luz de Luz" que eres t, para transmitir su luz y su vida al mundo. Mirar como Cristo miraba a sus contemporneos, con misericordia y amor, evitando la tentacin de creer que ya ests convertido y que no necesitas ser evangelizado, creerte salvado o mejor que los dems. Tabor es siempre, cada da, cada vez que leemos la Palabra, asistimos a la Eucarista, nos encontramos con un herman@; pero tambin es: no quedarse contemplando, no es slo un monte de subida, sino tambin de bajada, bajar a la llanura e ir a la cruciÞxin. 34. Estaba diciendo estas cosas cuando se form una nube y los cubri con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. 35. Y vino una voz desde la nube, que deca: ÇEste es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.È 36. Y cuando la voz hubo sonado, se encontr Jess solo. Ellos callaron y, por aquellos das, no dijeron a nadie nada de lo que haban visto. Lo primero que se desprende es la necesidad de vivir un compromiso ntimo, teniendo los ojos abiertos porque lo que vas a ver es ms de lo que puedas imaginar...y es mejor que no te imagines nada (te puede pasar como a Pedro). Hay que postrarse porque ests viendo a Dios. En la tradicin bblica no se poda ver a Dios y quedar vivo porque "ver" era poseer, hacer mo parte de tu ser. (Para completar ir a Ex 33; 18-33). ...porque la Luz del Tabor es una luz que se pega, que arde y contagia, no es una zarza esttica, sino contagiosa de fuego, calor y luz. Por un instante, desvela lo que est oculto, lo que esta velado en su carne humana. En el Credo Niceo- Constantinopolitano rezamos "Dios de Dios, Luz de Luz". La naturaleza de esa Luz no tiene nada que ver con la luz de la materia (del sol o del fuego) ni con la creada por los hombres; es una luz divina que es la Luz de Dios. No es un monte para todos, aunque todos estemos llamados a subir. Todos podemos tener la experiencia de ver a Cristo desde la fe, pero para subir al Tabor hay que ser de los ntimos, para que l nos deje ver su rostro: vivir las bienaventuranzas, buscarle de verdad, etc. y entonces, quizs, podamos ser Santiago, Pedro o Juan (aunque como ellos no nos enteremos de lo que ocurre). Debemos tener un corazn grande, no mezquino, para que en cada uno de nosotros quepa la luz divina. 31. los cuales aparecan en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusaln. 32. Pedro y sus compaeros estaban cargados de sueo, pero permanecan despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con l. 33. Y sucedi que, al separarse ellos de l, dijo Pedro a Jess: ÇMaestro, bueno es estarnos aqu. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moiss y otra para ElasÈ, sin saber lo que deca. 28. Sucedi que unos ocho das despus de estas palabras, tom consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subi al monte a orar. 29. Y sucedi que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mud, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, 30. y he aqu que conversaban con l dos hombres, que eran Moiss y Elas; Ojos bien abiertos Anticipo de la Muerte y Resurreccin Se invita a los cercanos Corazn grande Estar abiertos al contagio Postrados Evangelio (Lc 9; 28-36) Caractersticas del Tabor Actitudes frente al Tabor 8) Jess y el Monte Tabor, monte de la TransÞguracin (Lc 9; 28-36) Parte 1 Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Monte de la TransÞguracin (parte 2) Es la de unos pocos, aunque en realidad es para todos. Son las almas de aquellos que han tenido alguna experiencia de Dios que por un momento les ha hecho ver algo y luego se ha ido. Santa Teresa lo expresa diciendo: "...que muero porque no muero"; porque quisieran estar ah y no pueden y por eso suelen vivir en un sinvivir, anhelando y deseando a Dios. San Len Magno, en uno de sus sermones de la Noche de Navidad dice: "reconoce cristiano tu dignidad, Dios se ha hecho hombre para que t llegues a ser Dios". Aquella que nace, crece, vive, trabaja, descansa y de cuando en cuando se acuerda de Dios; va a la Iglesia... Que seran las almas de aquellos que estn toda la vida con la intuicin de la fe, sabiendo que pueden romper ese velo y por ello estn en la piedad, en la oracin, en los sacramentos, pero un poco o un mucho desde el s mismos por lo que su vida espiritual no termina de funcionar. Para los padres orientales, estas almas, tarde o temprano, gozarn de la visin de Dios por su perseverancia. Reconociendo el misterio de la grandeza de nuestro Dios; sabamos que Dios era grande, pero Àque Dios era grande en ti? Si ests en gracia y vives este misterio, me vas a confundir, no sabr si t ests en el cielo o el cielo en ti. La Comn Hay un misterio en el mundo y es que Dios no rompe el velo de la materia, sino que utiliza al hombre para hacerse visible; se esconde en la materia: en la de los sacramentos y en la del hombre para llegar al mundo; l se vuelve a encarnar, a morir y a resucitar en nosotros. Cuando Jacob tuvo el sueo y vio la escalera al cielo, dijo: "Esta es la casa de Dios y la Puerta del Cielo" Ese lugar eres t, porque en la TransÞguracin t eres la casa y la puerta. La de Piedad La de Visin En el Bautismo recibimos la Luz de Cristo que tenemos que convertirla en una hoguera incandescente de por vida. Tenemos que reßejar a Cristo porque l vive en nosotros. La luz de la TransÞguracin ilumina por dentro. Tu vida se ilumina si ves a Cristo con la fe; de alguna manera mueres al pecado y al nosotros mismos, porque slo quieres ver y contemplar el rostro de Dios. Los padres orientales describen tres tipos de almas o niveles del alma. Somos portadores de la luz divina, con nuestras incoherencias y pecados, subiendo y bajando de los montes del Seor, pero dejando atrs lo que no es Dios y volviendo una y otra vez a la batalla. Eres hij@ del Padre: tienes la luz de Cristo y date cuenta, tienes la fuerza del Espritu Santo ÁQu grande es este misterio! Subir al Tabor es un proceso ontolgico, no es slo para vernos como Dios nos ve; porque cuando Dios nos ve, ve a Cristo en nosotros, ve la mariposa y no la oruga; ve la santidad (t en Cristo y Cristo en ti), sin confundirse el uno con el otro, pero plenamente unido a Cristo. Tenemos que vernos con l y olvidarnos de nosotros mismos. Detrs de los tres niveles siempre est Dios "persiguiendo" al hombre: a unos por la vida, a otros por la oracin y a otros por la visin pero sta no durar siempre, despus ser la aoranza, por el deseo de Dios. 8) Jess y el Monte Tabor, monte de la TransÞguracin (Lc 9; 28-36) Parte 2 Los tres niveles no son cerrados, se suelen dar de alguna manera en nuestra vida o sucesivamente, como entremezclndose entre s. Glatas 2, 19-20: 19. En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a Þn de vivir para Dios: con Cristo estoy cruciÞcado: 20. y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en m; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me am y se entreg a s mismo por m. Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

El Huerto de los olivos La luz divina y el sudor de sangre van unidos en Jess para que no nos olvidemos lo real que es para l el amor que nos tiene. Se retira a orar. En otras ocasiones iba solo, esta vez necesitaba la presencia de sus discpulos, cercana pero distante y luego... El amor, con la pregunta: "Àes que no me amas? As quiso mostrarnos cmo y cunto nos ama; no ama el dolor por el dolor, ni busc el sufrimiento por s solo, l se entreg sin condiciones, diciendo s a la entrega, e incluso a dar Su vida por nosotros en la forma que fuera. Cuando alguien sufre, ah est el Seor; ah hay un misterio: en el dolor y en la enfermedad, por eso desde estas claves: bendita cruz y bendito sufrimiento. Jess se desposa con la humanidad en el dolor, no en la gloria, desde donde puede decirte que est contigo, que l pas lo que t ests pasando. Getseman est puesto como prtico de la Pascua, para exaltar el don del amor y la misericordia que se mantiene siempre, suceda lo que suceda, ah est Cristo, siempre salvando. Completar la Þcha, por su riqueza espiritual, con la lectura meditada de los captulos 13 a 17 del Evangelio de San Juan. ...tras ese momento se cantan los salmos y Jess va a orar al huerto con sus ntimos (Pedro, Santiago y Juan), como en el Tabor; como si los que haban contemplado la luz divina, ahora tuvieran que contemplar la realidad humana. Ah, en la diÞcultad y la prueba es donde comprobamos si lo que decimos acerca de nuestra fe es verdad o no, ah se demuestra si crees o no; pero no olvides que en ese pequeo Getseman que vivimos todos, ah, siempre est Jess contigo. Vivamos en Cristo. Por eso en la evangelizacin de Amrica los indios no aceptaban el cruciÞjo y s a Mara; no podan creer en un Dios que se deja matar. 42. Y alejndose de nuevo, por segunda vez or as: ÇPadre mo, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hgase tu voluntad.È 43. Volvi otra vez y los encontr dormidos, pues sus ojos estaban cargados. 44. Los dej y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. 45. Viene entonces donde los discpulos y les dice: ÇAhora ya podis dormir y descansar. Mirad, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. Getseman es la decisin de Jess; todava estaba a tiempo de decir: "no" y como a cualquier hombre le cost morir. Pero venci y Àqu fue lo que venci? ...por eso decimos en el Credo que descendi a los inÞernos, al lugar de los muertos, al abismo del hombre, rompiendo as las ataduras de la muerte. Su muerte en cruz, posterior a su decisin de entrega, es una piedra de escndalo para el mundo: que un ajusticiado, un maldito, se sea el Hijo de Dios Àcmo creerlo? Los cristianos estn locos. En Getsaman, cuando ya ha tenido lugar la cena pascual con sus discpulos por el rito judo, pero cambindolo en lo esencial: instituyendo la Eucarista, cambiando el ritmo, las palabras, las formas; lava los pies a sus discpulos, y renueva la alianza... Los Padres de la Iglesia se imaginaban a la Muerte como una ballena o un gran monstruo que se coma a los hombres; entonces Cristo muere, llega la Muerte lo ve y se lo come, pero como l era la Vida, muri la Muerte. 39. Y adelantndose un poco, cay rostro en tierra, y suplicaba as: ÇPadre mo, si es posible, que pase de m esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras t.È 40. Viene entonces donde los discpulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: ÇÀConque no habis podido velar una hora conmigo? 41. Velad y orad, para que no caigis en tentacin; que el espritu est pronto, pero la carne es dbil.È En su parte humana, Jess sinti: miedo, tristeza, agona y luego en el Calvario la soledad y la muerte y todo esto lo vivi anticipadamente en Getseman. Subir a Getseman es fcil, ni tan siquiera es un monte, es una depresin, una bajada; pero hay que estar no solo preparados sino concienciados para vivir que si el Tabor es Dios, Getseman es el hombre y si estamos con l en la gloria, tenemos que estar con l en la diÞcultad. Getseman nos hace recordar el jardn del Cantar de los Cantares pero en una clave distinta; es un huerto cerrado, el huerto de los frutos de la obediencia y del abandono, donde Jess est viviendo anticipadamente su Pasin. Si es posible que pase de m esta cliz pero que se haga tu voluntad y no la ma = ÁÁÁAqu estoy!!! El Padre necesitaba un gesto de amor ms grande que todos los desamores y que todos nuestros pecados. 36. Entonces va Jess con ellos a una propiedad llamada Getseman, y dice a los discpulos: ÇSentaos aqu, mientras voy all a orar.È 37. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenz a sentir tristeza y angustia. 38. Entonces les dice: ÇMi alma est triste hasta el punto de morir; quedaos aqu y velad conmigo.È Con su muerte venci a la muerte Prueba del amor Anticipo de su Pasin y Muerte Evangelio (Mt 26; 36 y ss). La Decisin Consecuencias de la decisin 9) Jess y Getseman, el Huerto de los Olivos (Mt 26; 36 y ss y sus paralelos) Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

El Monte del Calvario: La CruciÞxin ...Jess muri en un rbol porque todo empez en un rbol...si antes era la prohibicin "no coman", ahora "coman el pan de vida". "En la entrega de s mismo en la cruz, Jess deposita, por decirlo as, todo el pecado del mundo en el amor de Dios, y en l lo limpia. Unirse a la cruz, entrar en comunin con Cristo, signiÞca entrar en el mbito de la transformacin y la expiacin". J. Ratzinger, Jess de Nazaret ...pero el hombre fue tentado con el orgullo y la soberbia que le decan: "no te conformes con lo que eres, s ms", aunque fuera imposible ser de entre lo creado ms que el hombre. Jess se encarn para ir creando, poco a poco, otra vez, el jardn del Edn, llevando al hombre (que era l tambin) de nuevo a lo ms profundo del corazn de Dios y volvi al rbol de la vida, pero Áoh misterio de los misterios, no para comer de l, sino para ser el fruto, as el pecado fue vencido por el Hijo del Hombre donde antes haba vencido al hombre. "Tengo sed", ms all de la expresin fsica debemos descubrir que ms all de lo Þsiolgico se est reÞriendo (como dice la oracin de la Madre Teresa) a "tengo sed...DE TI"; he derramado mi sangre por ti, la sed que tengo es de ti, de tu persona, de tu entrega, de que t seas mo, no slo de agua. Y as permanece abierto como fuente de vida para siempre de la que brota sangre y agua, es decir, amor y misericordia; en la tradicin de los Padres: Bautismo y Eucarista. En cada Eucarista el cliz es su costado abierto y el pan partido es su corazn roto en dos: se es nuestro Seor Jess. Estamos en la dinmica del grano de trigo que cae en tierra y muere pero resucita dando fruto: La Resurreccin. Jess, una vez que expira, sucede algo prcticamente impensable: le abren el costado y as con el costado abierto, vuelve a abrir de nuevo el corazn de Dios cerrado por el pecado original. Leer meditadamente el Evangelio de Juan, captulos 18 al 20 para entender y comprender qu es la fe cristiana. A la hora de anunciar al mundo a Jesucristo debemos empezar por el amor que l nos tiene...un Dios "loco" de amor hacia el hombre. Ah, no sabemos cmo, pero el Hijo, desde la eternidad, se ofreci y se ofrece al Padre para salvar al hombre de su desobediencia y de su orgullo. ÀCmo?, siendo hombre sin dejar de ser Dios, "verdadero Dios y verdadero hombre". En ese paraso haba un rbol especial: el rbol de la vida y el del conocimiento del Bien y del Mal. No estaban para que el hombre se sintiera mal, sino como recordatorio en positivo que si bien viva en el corazn de Dios, el hombre no era Dios; por eso poda comer de todo menos de ese rbol. Si el pecado del hombre fue enfrentarse a Dios, el hombre necesitaba para redimirse un gesto de obediencia en amor; un gesto ms grande que todos los pecados y los desamores de la historia. ...porque el amor de Dios es ilimitado y el de Jess, aun siendo humano, era tambin amor divino. Si hubiese habido algo ms fuerte que la muerte, Jesucristo lo hubiera hecho, porque el caudal de amor es inÞnito, un ocano sin lmite de misericordia. ...por eso en la Iglesia todo comienza con la seal de la cruz y la invocacin a la Santsima Trinidad. Debemos amar la cruz, venerarla como smbolo de que queremos amar y adorar a Cristo, muerto y resucitado. Un paraso porque el hombre en cuanto que es materia necesitaba un espacio donde habitar. No somos criaturas para el recreo de Dios, sino criaturas amadas de Dios, de un Dios Trinidad que se ha ido manifestando como Padre, Hijo y Espritu Santo. ÀPor qu no se baja de la cruz? Àpor qu sigue adelante? Àpor qu no se queja?; Àpor qu se deja triturar por el dolor y el sufrimiento y romper como el pan? En la historia de la salvacin todo empez cuando Dios cre del barro a Adn y a Eva y los puso en el paraso, un lugar creado especialmente para el hombre y que era reßejo de Dios mismo: el corazn de Dios. ...ahora estamos ms en Dios que en la creacin, ms en el cielo que aqu, ms en lo espiritual que en lo terrenal: ciudadanos del cielo y habitantes de la Jerusaln celestial. Eres hijo del Hijo, tienes la vida divina corriendo por tu vida. El trasfondo fue la desobediencia por el orgullo; el hombre se preÞri a s mismo en lugar de preferir a Dios. El hombre se separa de Dios por la desobediencia. Los cristianos no podemos separarnos de la cruz de Cristo, pero la gran razn es el amor. Al descubrir lo que la cruz signiÞca para Jess, nosotros tenemos que estar amando siempre la cruz: llave que abre la puerta del Reino de los Cielos... 16. Y Dios impuso al hombre este mandamiento: ÇDe cualquier rbol del jardn puedes comer, 17. mas del rbol de la ciencia del bien y del mal no comers, porque el da que comieres de l, morirs sin remedio.È El hombre quera ser Dios, ahora ser Dios por participacin; si antes ramos criaturas, coronas de la creacin, al borde de la creacin, pero al Þn y al cabo criaturas, ahora estamos por encima de la creacin, somos recreados, redimidos. El rbol de la Vida en el Edn (Gen 2; 9 y 16-17) Ahora lo hago todo nuevo: El amor de Jess (Jn 18 al 20) 10) Jess y el Monte del Calvario (desde la perspectiva de la cruciÞxin) - Jn 18 a 20 Jess muri en un rbol porque todo empez en un rbol y l es el rbol de la vida, con una diferencia; Dios cambi radicalmente el plan: si antes era la prohibicin "no coman", ahora "coman el pan de vida". 9. Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de rboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardn, el rbol de la vida y el rbol de la ciencia del bien y del mal. ÁOh Cruz Þel, rbol nico en nobleza! ! Jams el bosque di mejor tributo ! en hoja, en ßor y en fruto. ! ÁDulces clavos! ! ÁDulce rbol donde la Vida empieza ! con un peso tan dulce en su corteza!...(Himno de la Liturgia de las Horas) Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Apndice al Monte del Calvario Oracin de la Madre Teresa de Calcuta: Tengo Sed de ti ! Pero te digo de nuevo que Te amo, no por lo que has hecho o dejado de hacer, Te amo por ti, por la belleza y la dignidad que Mi Padre te dio al crearte a Su propia imagen. Es una dignidad que muchas veces has olvidado, una belleza que has empaado por el pecado. Pero te amo como eres y he derramado Mi Sangre para rescatarte. Si slo me lo pides con fe, Mi gracia tocar todo lo que necesita ser cambiado en tu vida: Yo te dar la fuerza para librarte del pecado y de todo su poder destructor. Como el resto del salmo que Yo estaba rezando dice de M: "... esper compasin intilmente, esper alguien que me consolara y no le hall." (Salmo 69:20). Toda tu vida he estado deseando tu amor. Nunca he cesado de buscarlo y de anhelar que me correspondas. Tu has probado muchas cosas en tu afn por ser feliz. ÀPor qu no intentas abrirme tu corazn, ahora mismo, abrirlo ms de lo que lo has hecho antes? TENGO SED DE TI. Nunca debes dudar de Mi Misericordia, de Mi deseo de perdonarte, de Mi anhelo por bendecirte y vivir Mi vida en ti, y de que te acepto sin importar lo que hayas hecho. TENGO SED DE TI. Si te sientes de poco valor a los ojos del mundo, no importa. No hay nadie que me interese ms en todo el mundo que t. TENGO SED DE TI. Abrete a M, ven a M, ten sed de M, dame tu vida. Yo te probar qu tan valioso eres para Mi Corazn. ÀEncuentras esto difcil de creer? Entonces, mira la Cruz, mira Mi Corazn que fue traspasado por t. ÀNo has comprendido Mi Cruz?, entonces escucha de nuevo las palabras que dije en ella, te dicen claramente por qu Yo soport todo esto por ti: ".... TENGO SED" (Jn. 19, 28). S, TENGO SED DE TI. Te conozco como la palma de mi mano, s todo acerca de ti, hasta los cabellos de tu cabeza he contado. No hay nada en tu vida que no tenga importancia para M. Te he seguido a travs de los aos y siempre te he amado, hasta en tus extravos. Conozco cada uno de tus problemas. Conozco tus necesidades y tus preocupaciones y, s, conozco todos tus pecados. TENGO SED DE TI. S, esa es la nica manera en que apenas puedo empezar a describir mi amor. TENGO SED DE TI. Tengo sed de amarte y de que t me ames. Tan precioso eres para m que TENGO SED DE TI. Ven a M y llenar tu corazn y sanar tus heridas. Te har una nueva creacin y te dar la paz an en tus pruebas. "Vengan a M todos los que tengan sed..." (Jn. 7, 37). Yo te saciar y te llenar. ÀTienes sed de ser amado?, te amo ms de lo que te puedes imaginar.... hasta el punto de morir en la cruz por ti. Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus heridas. Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Vengo con Mi poder, que me permite cargarte a ti: con Mi gracia, para tocar tu corazn y transformar tu vida. Vengo con Mi paz, para tranquilizar tu alma. No importa cunto hayas andado sin rumbo, no importa cuntas veces me hayas olvidado, no importa cuntas cruces lleves en esta vida, hay algo que quiero que siempre recuerdes y que nunca cambiar. TENGO SED DE TI, tal y como eres. No tienes que cambiar para creer en Mi Amor, ya que ser tu conÞanza en ese Amor la que te har cambiar. T te olvidas de M y, sin embargo, Yo te busco a cada momento del da y estoy ante las puertas de tu corazn, llamando. Desde ahora, ya veo el lugar que Mi Padre te ha preparado en Mi Reino. Recuerda que eres peregrino en esta vida viajando a casa. El pecado nunca te puede satisfacer ni traerte la paz que anhelas. Todo lo que has buscado fuera de M slo te ha dejado ms vaco, as que no te ates a las cosas de este mundo; pero, sobre todo, no te alejes de M cuando caigas. Ven a M sin tardanza porque cuando me das tus pecados, me das la alegra de ser tu Salvador. No hay nada que yo no pueda perdonar y sanar, as que ven ahora y descarga tu alma. Conozco, sobre todo, tu necesidad de amor, s que tan sediento ests de amor y de ternura. Pero cuntas veces has deseado satisfacer tu sed en vano, buscando ese amor con egosmo, tratando de llenar el vaco dentro de ti con placeres pasajeros, con el vaco an mayor del pecado. À Tienes sed de amor? "Jess es Dios, por lo tanto Su Amor y Su Sed son inÞnitos. El, Creador del universo, pidi el amor de sus criaturas. Tiene sed de nuestro amor.... Estas palabras: "Tengo sed" ÀTienen un eco en nuestra alma?." Madre Teresa de Calcuta Y quiero que sepas que cada vez que me invitas, Yo vengo siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor inÞnitos, trayendo los muchos dones de Mi Espritu. Vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va ms all de tu comprensin. Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido de Mi Padre ("Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a m..." (Jn. 15,10). Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazn, de da y de noche. An cuando no ests escuchando, an cuando dudes que pudiera ser yo, ah estoy: esperando la ms pequea seal de respuesta, hasta la ms pequea sugerencia de invitacin que Me permita entrar. S lo que hay en tu corazn, conozco tu soledad y todas tus heridas, los rechazos, los juicios, las humillaciones, Yo lo sobrellev todo antes que t. Y todo lo sobrellev por ti, para que pudieras compartir Mi fuerza y Mi victoria. ÀNo te das cuenta de que Mi Padre ya tiene un plan perfecto para transformar tu vida a partir de este momento? Confa en M. Pdeme todos los das que entre y que me encargue de tu vida y lo har. Te prometo ante Mi Padre en el Cielo que har milagros en tu vida. ÀPor qu hara Yo esto? PORQUE TENGO SED DE TI. Lo nico que te pido es que te confes completamente a M. Yo har todo lo dems. Cuando Þnalmente abras las puertas de tu corazn y Þnalmente te acerques lo suÞciente entonces Me oirs decir una y otra vez, no en meras palabras humanas sino en espritu: "no importa qu es lo que hayas hecho, te amo por ti mismo. Ven a M con tu miseria y tus pecados, con tus problemas y necesidades, y con todo tu deseo de ser amado. Estoy a la puerta de tu corazn y llamo... breme, porque TENGO SED DE TI...." Tengo sed de ti

"Con su Resurreccin comienza un modo nuevo de venerar a Dios, no ya en un monte o en otro sino "en espritu y en verdad" ! J. Ratzinger, "Jess de Nazaret" Monte del Calvario: Resurreccin Jesucristo resucita por ti, para ti y contigo; su Resurreccin estara incompleta si l no nos hubiese llevada a cada uno de nosotros de la mano "como trofeo", como el mayor de los regalos. En la Resurreccin de nuestro Seor hemos resucitado todos dice San Pablo...en presente, no en futuro. La Resurreccin no es una idea, sino una realidad, como "una nueva dimensin", en la que estamos aqu, pero no aqu, en la simple vida; estamos no tanto en la vida natural sino en la vida de la Resurreccin. Cuando dudemos de Jess miremos a la cruz y todo se disipa; no desplacemos al CruciÞcado. Si se entienden bien las cosas, no hay contradiccin entre el CruciÞcado y el Resucitado. Es un misterio que nos habla de que en el Resucitado, los restos de su Pasin siguen estando presentes, como cicatrices de amor, como pruebas de su amor por nosotros. La Pascua es un antdoto contra el pecado y el hombre viejo; sera (imagen para jvenes) como un anti virus en el ordenador, en el cual tras su ejecucin hay un proceso de lucha, de colocacin hasta que al Þnal volvemos a tener todo en funcionamiento. Subir a este Monte es estar YA en vida nueva, en presente, nos da la oportunidad de renovar, de esperar contra toda esperanza: es la certeza de la Resurreccin. Dios vence porque Cristo ha vencido y est venciendo en nosotros. As, el Hijo resucita como Seor de todo lo creado por encima de la muerte y del pecado. Kyrios: un seoro de Dios; Dios en su plena potencia ante cuyo nombre, toda rodilla se dobla en la tierra y en el abismo (como nos dice el Apstol Pablo). ÀSi estoy resucitado es posible combinar la vida del Resucitado con las obras de la muerte y del pecado? No, si estoy resucitado no puedo pecar o tener obras de muerte si estoy en la Vida. En la cruz dijo Jess: "Dios mo, Dios mo..." y el Padre call; pero ahora responde, resucitndolo. La Resurreccin es el Sê del Padre a toda la obra de Jess. Para Jess la muerte fue un salto en la fe en su Padre y ste responde con un Sê divino, trascendente. Este misterio slo se entender si en nuestra vida hay un antes y un despus. No es que tu vida cambie de golpe, sino que va cambiando poco a poco. ...pero Jess mete su vida nueva, salvndolo desde dentro y as lo hace todo nuevo. Ah est la Resurreccin cambiando la historia. Este es el otro aspecto del Monte Calvario: venci a la Muerte con su muerte. El Resucitado est empeado en que nuestros sepulcros tambin estn vacos, como siglos atrs cant el Profeta Ezequiel: "Yo mismo os sacar de vuestros sepulcros..." y no slo del sepulcro donde reposen nuestros restos mortales, sino tambin nuestros sepulcros en vida: ambos estarn vacos. El verdadero Cristo lo reconocemos con las llagas. Los santos que se han identiÞcado tanto, tanto con Cristo, reviven en sus cuerpos las llagas de nuestro Seor. ...as cuando los bautizos se realizaban por inmersin en la piscina bautismal y se sumerga el cuerpo completamente, esta bajada simbolizaba la muerte y la salida la resurreccin como nueva criatura. El sudario enrollado en sitio aparte, el Seor va a volver, su Espritu est presente aqu y ahora, llenndolo todo, no necesita abrir las puertas ni las ventanas para entrar en ti: cuando perdonas, cuando pese a tu debilidad y ßaquezas te levantas una y otra vez, ah est el Resucitado. Al entrar en Dios, el ser humano participa de lo que Dios es; es el Misterio de la muerte y de la vida. Muerte: al pecado, a la desobediencia, al hombre viejo. ! Vida: en Dios, a la obediencia, en gracia, a la vida divina. ÀQu fuerza hizo resucitar a Cristo? El Amor. Un Amor tan grande no poda morir, ya que el amor divino no puede morir, porque Cristo es la Vida. Es un Amor (sin lmite, inÞnito, sin tiempo...) que no puede morir ya que la muerte es un lmite. Al Resucitado se le conoce por las llagas de la cruz. Podra como resucitado ser plenamente glorioso, pero no, tiene llagas, cinco llagas gloriosas que dan perfume, amor y vida. La Resurreccin de Jess ya ha empezado para nosotros, ya estamos resucitando. El Bautismo es nuestra muerte y nuestra resurreccin... La Muerte y Resurreccin de Cristo es el anti virus de la historia del hombre. Dios haba hecho un sistema operativo maravilloso, se meti el pecado y all donde ramos hermanos, nos matamos, donde decamos la verdad, ahora mentimos, debemos construir y proteger el mundo, lo destruimos... Misterio Pascual Resurreccin por Amor El sepulcro est vaco Reconocer al Resucitado 11) Jess y el Monte del Calvario (desde la perspectiva de la Resurreccin) Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida

Escuchar la cancin, inspirada en este pasaje, "Con amor eterno" del grupo Ain Karem "T eres mi hijo/a amado/a en mi Hijo amado" Ese es tu ser, siempre lo fue pero ahora de manera ms plena, ms consciente. El Reino de los Cielos est dentro de nosotros transfomando el mundo sin estar en el mundo. Leer Þnalmente para completar estos ejercicios y llevar a la oracin las palabras del Profeta Jeremas, 31; 1-14 y 31; 31-37. Resumen de la subida a los Montes del Seor 1) Eres una persona salvada; Ararat 2) Eres el hijo/a de la Promesa, por eso ests entregado/a, porque naciste como promesa, naciste para Dios. 3) Ests llamado a vivir en el Amor (zarza ardiente). 4) Ese Amor, para ti, es Alianza. 5) No vives slo para ti, tambin para los hermanos (intercesin y caridad, es decir, oracin y accin). 6) Tu lema: "La gloria de Dios". San Benito nos dice en su Regla: "que en todo sea Dios gloriÞcado"; el culto de la vida (el monte Sin), la Liturgia que gloriÞca a Dios y salva al hombre (no slo el rito, sino la vida). 7) Eliges de verdad al que de verdad te eligi (Monte Carmelo). 8) Tu amor no es un ideal, toma vida en tus acciones, palabras, pensamientos y deseos (vida de santidad; eres santo, debes ser santo; El Lbano). 9) Tu vida es Cristo, actas como l y crees en el poder de Dios (Monte de las Tentaciones). 10) Conoces a Jess y le "imitas" en todo (M. Bienaventuranzas) 11) Eres de los ntimos en Cristo, por eso transparentas la luz divina del Tabor. 12) Te identiÞcas con Jess sin condiciones; saber estar en Getseman. 13) "Per crucem ad lucen" Por la cruz a la luz. Reconoces que el amor del cruciÞcado te da la vida. 14) Has pasado con Jess de la muerte a la Resurreccin, vives con Cristo, en Cristo y para Cristo. "3. De lejos Yahveh se me apareci. Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti. 33...pondr mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribir, y yo ser su Dios y ellos sern mi pueblo. 34. Ya no tendrn que adoctrinar ms el uno a su prjimo y el otro a su hermano, diciendo: ÇConoced a YahvehÈ, pues todos ellos me conocern del ms chico al ms grande - orculo de Yahveh - cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme". Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida - RESUMEN ÀQuin eres para Dios?

Conclusin a los Ejercicios de los Montes del Seor 23. La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lmpara es el Cordero. 9. Entonces vino uno de los siete Angeles que tenan las siete copas llenas de las siete ltimas plagas, y me habl diciendo: ÇVen, que te voy a ensear a la Novia, a la Esposa del CorderoÈ. 10. Me traslad en espritu a un monte grande y alto y me mostr la Ciudad Santa de Jerusaln, que bajaba del cielo, de junto a Dios, 7. Esta ser la herencia del vencedor: yo ser Dios para l, y l ser hijo para mi. 8. Pero los cobardes, los incrdulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idlatras y todos los embusteros tendrn su parte en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda. 21. Y las doce puertas son doce perlas, cada una de las puertas hecha de una sola perla; y la plaza de la ciudad es de oro puro, trasparente como el cristal. 22. Pero no vi Santuario alguno en ella; porque el Seor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su Santuario. 20. el quinto de sardnica, el sexto de cornalina, el sptimo de crislito, el octavo de berilo, el noveno de topacio, el dcimo de crisoprasa, el undcimo de jacinto, el duodcimo de amatista. 5. Entonces dijo el que est sentado en el trono: ÇMira que hago un mundo nuevo.È Y aadi: ÇEscribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas.È 6. Me dijo tambin: ÇHecho est: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le dar del manantial del agua de la vida gratis. 3. Y o una fuerte voz que deca desde el trono: ÇEsta es la morada de Dios con los hombres. Pondr su morada entre ellos y ellos sern su pueblo y l Dios - con - ellos, ser su Dios. 4. Y enjugar toda lgrima de sus ojos, y no habr ya muerte ni habr llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.È 13. al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al medioda tres puertas; al occidente tres puertas. 14. La muralla de la ciudad se asienta sobre doce piedras, que llevan los nombres de los doce Apstoles del Cordero. 19. Los asientos de la muralla de la ciudad estn adornados de toda clase de piedras preciosas: el primer asiento es de jaspe, el segundo de zaÞro, el tercero de calcedonia, el cuarto de esmeralda, 1. Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva - porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. 2. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusaln, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. 11. y tena la gloria de Dios. Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino. 12. Tena una muralla grande y alta con doce puertas; y sobre las puertas, doce Angeles y nombres grabados, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 17. Midi luego su muralla, y tena 144 codos - con medida humana, que era la del Angel -. 18. El material de esta muralla es jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro. 24. Las naciones caminarn a su luz, y los reyes de la tierra irn a llevarle su esplendor. 25. Sus puertas no se cerrarn con el da - porque all no habr noche - 26. y traern a ella el esplendor y los tesoros de las naciones. 27. Nada profano entrar en ella, ni los que cometen abominacin y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero. 15. El que hablaba conmigo tena una caa de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. 16. La ciudad es un cuadrado: su largura es igual a su anchura. Midi la ciudad con la caa, y tena 12.000 estadios. Su largura, anchura y altura son iguales. Conclusin: Apocalipsis, 21 Ejercicios Espirituales "Los montes del Seor" P. Prior Jos Mara. Monasterio Benedictino Sta. Brgida